
La parte artística le venía de
familia a Rafael Guastavino, de tradición musical y artística su tatarabuelo
fue el constructor de la arciprestal de San Jaime de Villarreal. Es
educado en las artes hasta los 16 años cuando empieza a interesarse seriamente por
la arquitectura.
En 1861 se muda a Barcelona para
inscribirse en la Escuela Especial de Maestro de Obras, en 1868, tres años más
tarde de haber finalizado sus estudios, realiza uno de sus primeros grandes
proyectos: la Fábrica Textil de Batlló, en Barcelona. La finalización y
espectacularidad de su sala de telares con bóvedas tabicadas marcará una pauta
a seguir en su carrera.

Durante la construcción, en
función de la amplitud del espacio a cubrir, era necesaria una cimbra
deslizable de madera sobre la que colocar la primera capa de la bóveda y que, a
su vez, servía para controlar la geometría, pero, en ocasiones, debido al
rápido fraguado del mortero de cal o yeso, y la ligereza de los ladrillos, ni
tan siquiera eso, lo que aún permitía construir con mayor rapidez, siempre que
la habilidad de los albañiles lo permitiera.

Guastavino empezó a emplear
mejores materiales para sus construcciones lo hizo que fuera mejorando y
desarrollando su método. En una situación perfecta para expandir su sistema
constructivo debido a los últimos grandes incendios en ciudades importantes,
como Chicago en 1871, donde
mayoritariamente se usaba la madera, y las crisis económicas hicieron que el
valor de su técnica constructiva, que aparte de eficaz era barata de construir,
subiera como la espuma.
Comenzó a proyectar y edificar
grandes edificaciones como la Biblioteca Pública de Boston, que supuso
su definitivo despegue. Su popularidad fue en aumento los siguientes años,
cuando fundó la Guastavino Fireproof Construction Company, hasta el punto de
construir aproximadamente 1000 edificios por todo E.E.U.U. y más concretamente 360 edificios en Nueva York, por ese motivo se le conoce como "El arquitecto de Nueva York".
Su hijo, Rafael Guastavino
Jr, continuó el legado dejado por su
padre hasta 1943, hacía 35 años de la muerte de su padre. El hijo vende su
parte de la empresa a Blodgett hijo, cuyo padre había sido socio de Rafael
Guastavino. En 1962 la empresa cierra definitivamente al no poder amoldarse a
los nuevos tiempos y las nuevas técnicas y materiales constructivos que fueron
introduciéndose.

Para finalizar, uno de los
motivos por los que este arquitecto no ha caído en el olvido es gracias al
historiador George Collins. Fue Collins el primero en hacer un inventario
sistemático de los edificios de Guastavino en el mundo, y en mostrar el
significado que la familia Guastavino tuvo para la historia de la arquitectura
y la ingeniería. Quizás más importante que esto, fue Collins quien rescató los
archivos de la Guastavino Company, que ahora son la base de la Colección Guastavino
en la Biblioteca Avery de la Universidad de Columbia.
Bibliografia:
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