miércoles, 26 de octubre de 2016

EL ARQUITECTO DE NUEVA YORK



Rafael Guastavino nació en Valencia, en 1842. Arquitecto poco conocido por la sociedad de su país natal pero muy importante en el desarrollo arquitectónico y constructivo de Estados Unidos, el país que le vería desarrollar la parte más prolífica de su carrera, además de ser uno de los arquitectos más reconocidos en la historia de Nueva York.

La parte artística le venía de familia a Rafael Guastavino, de tradición musical y artística su tatarabuelo fue el constructor de la arciprestal de San Jaime de Villarreal. Es educado en las artes hasta los 16 años cuando empieza a interesarse seriamente por la arquitectura.



En 1861 se muda a Barcelona para inscribirse en la Escuela Especial de Maestro de Obras, en 1868, tres años más tarde de haber finalizado sus estudios, realiza uno de sus primeros grandes proyectos: la Fábrica Textil de Batlló, en Barcelona. La finalización y espectacularidad de su sala de telares con bóvedas tabicadas marcará una pauta a seguir en su carrera.

La bóveda tabicada es una técnica centenaria que se basa en la colocación de varias capas de ladrillos, una encima de las otras. Los ladrillos de las diferentes capas se colocan por la cara de mayor superficie orientada hacia el espacio a cubrir y cuando se concluye una capa, mediante mortero se coloca la siguiente con un cierto esviaje respecto de la anterior, de manera que sus juntas no coincidan y así la estructura tenga una mayor resistencia. Una sola capa no aguantaría el peso, pero es la unión de varias de ellas, 2 o 3 en función de la envergadura de la bóveda o cúpula, lo que confiere a la estructura la resistencia necesaria, aun manteniendo su ligereza.

Durante la construcción, en función de la amplitud del espacio a cubrir, era necesaria una cimbra deslizable de madera sobre la que colocar la primera capa de la bóveda y que, a su vez, servía para controlar la geometría, pero, en ocasiones, debido al rápido fraguado del mortero de cal o yeso, y la ligereza de los ladrillos, ni tan siquiera eso, lo que aún permitía construir con mayor rapidez, siempre que la habilidad de los albañiles lo permitiera.

Tras el éxito cosechado en sus primeras obras y estudios decide, con 39 años, abandonar Barcelona y trasladarse a Nueva York. Su mayor acierto. Aunque en España había dejado obras en construcción, como el Teatro La Massa en Vilassar de Dalt, ni el propio Guastavino podía imaginar el espectacular y próspero futuro que tendría en la ciudad que le acogía.


Guastavino empezó a emplear mejores materiales para sus construcciones lo hizo que fuera mejorando y desarrollando su método. En una situación perfecta para expandir su sistema constructivo debido a los últimos grandes incendios en ciudades importantes, como Chicago en 1871,  donde mayoritariamente se usaba la madera, y las crisis económicas hicieron que el valor de su técnica constructiva, que aparte de eficaz era barata de construir, subiera como la espuma.

Comenzó a proyectar y edificar grandes edificaciones como la Biblioteca Pública de Boston, que supuso su definitivo despegue. Su popularidad fue en aumento los siguientes años, cuando fundó la Guastavino Fireproof Construction Company, hasta el punto de construir aproximadamente 1000 edificios por todo E.E.U.U. y más concretamente 360 edificios en Nueva York, por ese motivo se le conoce como "El arquitecto de Nueva York"

Su hijo, Rafael Guastavino Jr,  continuó el legado dejado por su padre hasta 1943, hacía 35 años de la muerte de su padre. El hijo vende su parte de la empresa a Blodgett hijo, cuyo padre había sido socio de Rafael Guastavino. En 1962 la empresa cierra definitivamente al no poder amoldarse a los nuevos tiempos y las nuevas técnicas y materiales constructivos que fueron introduciéndose.



Algunas obras significativas podrían ser las siguientes: Basilica of St. Lawrence de Asheville, Union Station de Pittsburg, la Catedral de San Juan el Divino, el Carnegie Hall de New York City, la estación de metro de City Hall,  el puente de Queensboroug's o la Grand Central Terminal de Nueva York.




Para finalizar, uno de los motivos por los que este arquitecto no ha caído en el olvido es gracias al historiador George Collins. Fue Collins el primero en hacer un inventario sistemático de los edificios de Guastavino en el mundo, y en mostrar el significado que la familia Guastavino tuvo para la historia de la arquitectura y la ingeniería. Quizás más importante que esto, fue Collins quien rescató los archivos de la Guastavino Company, que ahora son la base de la Colección Guastavino en la Biblioteca Avery de la Universidad de Columbia.




Bibliografia:

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