La serie de entradas que realizaremos sobre las obras representativas de Rafael Guastavino servirán como pequeña introducción para dar a conocer un poco estos edificios.
La fábrica de Can Batlló de
Barcelona dedicada a las hilaturas de algodón fue creada por los hermanos Félix
y Juan Batlló y Barrera a mediados del siglo XIX. El conjunto de edificios
modernistas situado en la calle del Conde de Urgell (n. 173-215), en el barrio
de la Nueva Izquierda del Ensanche de la ciudad Barcelona fue reconvertido a
comienzos del siglo XX en la Escuela Industrial dependiente de la Diputación de
Barcelona.
Fue construida entre 1868 y 1869 por
Rafael Gustavino, queda muy poca cosa. Solo la altísima y singular chimenea y
la envoltura de la antigua fábrica de pisos, destacando el "edificio del
reloj", lugar donde estaban los telares y se desarrollaba toda la
producción. Se mantuvo el volumen y la composición de los huecos, introduciendo
el gran salón y el patio interior con su lucernario y reformando la fachada
principal mediante la unión de ventanas y la adición de un pequeño frontón sostenido
por columnas en la entrada. En 1906 la fábrica fue vendida y pasó a ser
transformada en Universidad Industrial, que ya en 1910 funcionaba. Entre 1927 y
1934, según proyecto de Joan Rubió i Bellver, se introdujeron las reformas
definitivas, sobre todo en el cuerpo central de acceso, quedando tal y como hoy
la podemos contemplar. La fábrica fue cerrada en 1889. Sorprende que una
fábrica tan ambiciosa durara tan poco. La razón del cierre no tuvo que ver con
la viavilidad económica, que estaba fuera de toda duda, sino que fue por
problemas sociales. Los Batlló, que ya estaban atemorizados por la cada vez más
radicalizada conflictividad sindical, sufrieron un atentado que les decidió a
abandonar.
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