
Rafael Guastavino nació en Valencia, en 1842. Arquitecto poco conocido por la sociedad de su país natal pero muy importante
en el desarrollo arquitectónico y constructivo de Estados Unidos, el país que
le vería desarrollar la parte más prolífica de su carrera, además de ser uno de
los arquitectos más reconocidos en la historia de Nueva York.
La parte artística le venía de
familia a Rafael Guastavino, de tradición musical y artística su tatarabuelo
fue el constructor de la arciprestal de San Jaime de Villarreal. Es
educado en las artes hasta los 16 años cuando empieza a interesarse seriamente por
la arquitectura.
En 1861 se muda a Barcelona para
inscribirse en la Escuela Especial de Maestro de Obras, en 1868, tres años más
tarde de haber finalizado sus estudios, realiza uno de sus primeros grandes
proyectos: la Fábrica Textil de Batlló, en Barcelona. La finalización y
espectacularidad de su sala de telares con bóvedas tabicadas marcará una pauta
a seguir en su carrera.

La bóveda tabicada es una técnica
centenaria que se basa en la colocación de varias capas de ladrillos, una
encima de las otras. Los ladrillos de las diferentes capas se colocan por la
cara de mayor superficie orientada hacia el espacio a cubrir y cuando se
concluye una capa, mediante mortero se coloca la siguiente con un cierto
esviaje respecto de la anterior, de manera que sus juntas no coincidan y así la
estructura tenga una mayor resistencia. Una sola capa no aguantaría el peso,
pero es la unión de varias de ellas, 2 o 3 en función de la envergadura de la
bóveda o cúpula, lo que confiere a la estructura la resistencia necesaria, aun
manteniendo su ligereza.
Durante la construcción, en
función de la amplitud del espacio a cubrir, era necesaria una cimbra
deslizable de madera sobre la que colocar la primera capa de la bóveda y que, a
su vez, servía para controlar la geometría, pero, en ocasiones, debido al
rápido fraguado del mortero de cal o yeso, y la ligereza de los ladrillos, ni
tan siquiera eso, lo que aún permitía construir con mayor rapidez, siempre que
la habilidad de los albañiles lo permitiera.

Tras el éxito cosechado en sus
primeras obras y estudios decide, con 39 años, abandonar Barcelona y
trasladarse a Nueva York. Su mayor acierto. Aunque en España había dejado obras
en construcción, como el
Teatro La Massa en Vilassar de Dalt, ni el propio
Guastavino podía imaginar el espectacular y próspero futuro que tendría en la
ciudad que le acogía.
Guastavino empezó a emplear
mejores materiales para sus construcciones lo hizo que fuera mejorando y
desarrollando su método. En una situación perfecta para expandir su sistema
constructivo debido a los últimos grandes incendios en ciudades importantes,
como Chicago en 1871, donde
mayoritariamente se usaba la madera, y las crisis económicas hicieron que el
valor de su técnica constructiva, que aparte de eficaz era barata de construir,
subiera como la espuma.
Comenzó a proyectar y edificar
grandes edificaciones como la Biblioteca Pública de Boston, que supuso
su definitivo despegue. Su popularidad fue en aumento los siguientes años,
cuando fundó la Guastavino Fireproof Construction Company, hasta el punto de
construir aproximadamente 1000 edificios por todo E.E.U.U. y más concretamente 360 edificios en Nueva York, por ese motivo se le conoce como "El arquitecto de Nueva York".
Su hijo, Rafael Guastavino
Jr, continuó el legado dejado por su
padre hasta 1943, hacía 35 años de la muerte de su padre. El hijo vende su
parte de la empresa a Blodgett hijo, cuyo padre había sido socio de Rafael
Guastavino. En 1962 la empresa cierra definitivamente al no poder amoldarse a
los nuevos tiempos y las nuevas técnicas y materiales constructivos que fueron
introduciéndose.

Algunas obras significativas podrían
ser las siguientes:
Basilica
of St. Lawrence de Asheville, Union Station de Pittsburg, la Catedral de San
Juan el Divino, el
Carnegie Hall de New York City, la estación de metro de City Hall, el puente de Queensboroug's o la Grand Central Terminal
de Nueva York.
Para finalizar, uno de los
motivos por los que este arquitecto no ha caído en el olvido es gracias al
historiador George Collins. Fue Collins el primero en hacer un inventario
sistemático de los edificios de Guastavino en el mundo, y en mostrar el
significado que la familia Guastavino tuvo para la historia de la arquitectura
y la ingeniería. Quizás más importante que esto, fue Collins quien rescató los
archivos de la Guastavino Company, que ahora son la base de la Colección Guastavino
en la Biblioteca Avery de la Universidad de Columbia.
Bibliografia: